Según publica “Nature Medice”, un equipo internacional encabezado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego ha conseguido prevenir el inicio de la enfermedad en un modelo de ratón con ELA, así como bloquear la progresión en aquellos que ya mostraban sus síntomas gracias a un nuevo enfoque de terapia espinal.
Estos científicos explican que una nueva forma de administrar eficazmente un vector de silenciamiento génico a ratones adultos con ELA provoca la supresión a largo plazo del trastorno degenerativo de la neurona motora si el vector se administra antes del inicio de la enfermedad. Por otro lado, también bloquea la progresión de la patología en animales adultos cuando el tratamiento se inicia una vez que los síntomas ya han aparecido.
En la ELA, estudios anteriores ya habían demostrado que al menos 200 mutaciones de un gen llamado SOD1 están vinculadas a ella. Este gen normalmente sirve para proporcionar instrucciones para hacer una enzima llamada superóxido dismutasa, que se usa ampliamente para descomponer los radicales del superóxido, moléculas de oxígeno tóxicas producidas como un subproducto de los procesos celulares normales.
Investigaciones previas sugieren que las mutaciones de SOD1 pueden provocar la eliminación ineficaz de los radicales superóxido o crear otras toxicidades que causan la muerte de la neurona motora desembocando en la ELA.
Este nuevo enfoque consiste en inyectar shRNA, una molécula de ARN artificial capaz de silenciar o desactivar un gen objetivo, que se administra a las células a través de un virus inofensivo asociado a la enfermedad.
Estas inyecciones únicas del virus portador de shRNA se inyectaron en dos sitios en la médula espinal de ratones adultos que expresan una mutación del gen SOD1 causante de la ELA, ya sea justo antes del inicio de la enfermedad o cuando comenzaron a tener síntomas.
La inyección subpial única (administrada debajo de la materia pia, la delicada membrana más interna que envuelve el cerebro y la médula espinal) logró mitigar la neurodegeneración en ratones pre-sintomáticos que mostraron una función neurológica normal sin inicio de enfermedad detectable.
En ratones adultos que ya presentaban síntomas similares a la ELA, la inyección bloqueó efectivamente la progresión de la enfermedad y la degeneración de las neuronas motoras. En ambos enfoques, los ratones afectados vivieron sin efectos secundarios durante todo el estudio.
El equipo de investigación también probó este enfoque en cerdos adultos, cuyas dimensiones de médula espinal son similares a las humanas. Utilizando un dispositivo de inyección desarrollado para su uso en humanos adultos, descubrieron que el procedimiento podría realizarse de manera fiable y sin complicaciones.
Por tanto, los próximos pasos de esta investigación incluyen estudios de seguridad adicionales con un modelo de animal más grande para determinar la dosis óptima y segura del vector de tratamiento.
“Si bien no se observaron efectos secundarios detectables relacionados con el tratamiento en ratones más de un año después del tratamiento, la definición de seguridad en especies animales grandes más similares a los humanos es un paso crítico para avanzar en este enfoque de tratamiento hacia las pruebas clínicas”, señaló el autor principal Martin Marsala, profesor en el Departamento de Anestesiología de la Facultad de Medicina de a Universidad de California en San Diego.
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