Un consorcio internacional, liderado por la investigadora Carmen Fernández desde el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, va a iniciar un estudio de investigación para conocer el papel de la hormona leptina y el efecto de la regulación de su función para intentar hacerle frente a la ELA.
“Metabolep, una potencial diana terapéutica para la ELA dirigida al metabolismo: Leptina” es el nombre de este proyecto que consta de investigación básica y clínica. Primeramente se realizará una parte de modelos con animales en el Hospital de Parapléjicos, la Universidad San Pablo CEU y con los investigadores en Londres. Después y en función de los resultados, en Australia se llevará a cabo la última parte del estudio y se validarán los datos en muestras de pacientes. Esta última parte clínica y de investigación dará la respuesta al papel que juega la leptina sobre las motoneuronas.
Según ha explicado Carmen Fernández, pese a que se ha avanzado mucho en el conocimiento científico de esta enfermedad, se trata de una patología neurodegenerativa, progresiva e invalidante, que sigue teniendo un pronóstico poco esperanzador puesto que a día de hoy no se ha conseguido diseñar un fármaco para detener o frenar su progresión.
Esta investigación toma como base dos estudios recientes de 2017 y 2019 que han comprobado que los pacientes con ELA que tienen un Índice de Masa Corporal elevado tienen un curso clínico más lento y menos severo y que las personas obesas tienen menos riesgo de padecer esta enfermedad.
Estos estudios han tomado muestras de plasma de diferentes pacientes con ELA para determinar si diferentes biomarcadores relacionados con el metabolismo podían estar relacionados con la supervivencia de dichos pacientes, ser empleados para el diagnóstico o correlacionarse con la duración de la enfermedad. De esta forma lo que se determina es, por ejemplo, si una intervención nutricional controlada en un paciente no obeso diagnosticado con ELA puede ser beneficiosa.
“La idea es utilizar nuestros modelos animales, que tienen ELA, dietas específicas de alto contenido en grasa y ver si puede manifestarse en una mejora de la sintomatología de la enfermedad al proteger las motoneuronas frente al daño, mediante la manipulación controlada de los niveles de leptina y de sus mecanismos de acción en el sistema nervioso central”, ha especificado Fernández.
La Universidad San Pablo CEU ya ha realizado varios estudios en los que se demostraba que una dieta de este tipo no solo aumenta los niveles de leptina sino que desensibiliza sus vías de señalización. “Es una estrategia dirigida a modular el metabolismo y contribuir a aliviar el estrés bioenergético asociado a la enfermedad”, ha añadido.
El proyecto utilizará el único modelo de ELA que tiene un curso clínico similar a las personas que padecen esta enfermedad y que está “muy centrado” en la proteína TDP-43, alterada en más del 90% de los pacientes con ELA tanto en su forma familiar como esporádica. “Por tanto, los resultados del proyectos serían extrapolables a casi al 100 por cien de los pacientes que tiene ELA”
Este proyecto ha obtenido una de las 79 ayudas a iniciativas de investigación e innovación de excelencia nacionales internacionales otorgadas por la Fundación la Caixa.
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