Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha diseñado un dispositivo estirable similar a la piel que se conecta a la cara de un paciente y puede medir pequeños movimientos como una contracción o sonrisa. De esta forma los enfermos con problemas para comunicarse podrían transmitir varios sentimientos, con pequeños movimientos que serían medidos e interpretados por este dispositivo.

Esta versión inicial se puede camuflar fácilmente con maquillaje para que coincida con cualquier tono de piel y ya ha sido probada en pacientes con ELA demostrando que es capaz de distinguir con precisión tres expresiones faciales diferentes: sonrisa, boca abierta y labios fruncidos.

Los investigadores utilizaron un proceso llamado correlación de imágenes digitales en voluntarios sin patologías para ayudarles a seleccionar las ubicaciones más útiles para colocar un sensor. Pintaron un patrón de motas en blanco y negro al azar en la cara y luego tomaron muchas imágenes del área con múltiples cámaras mientras los sujetos realizaban movimientos faciales tales como sonreír, mover la mejilla o articular la forma de algunas letras. Un software se encargó de procesar las imágenes y analizó cómo se mueven los pequeños puntos entre sí.

Los investigadores también usaron mediciones de las deformaciones de la piel para entrenar un algoritmo de aprendizaje automático capaz de distinguir entre una sonrisa, la boca abierta y los labios fruncidos.