Descripción
En los históricos jardines del palacio de La Granja de San Ildefonso no hay castillos de bolas, toboganes o arenero. Sin embargo, un paseo por ellos no tiene por qué convertirse en un tostón para un niño si ha oído las mágicas leyendas de sus fuentes, que hizo levantar Felipe V de Borbón, nostálgico de la corte y el jardín de Versalles. “Si a su abuelo francés lo llamaban El Rey Sol a él comenzaron a llamarlo El Rey Luna, pues cada noche lloraba con desconsuelo, y sus sollozos se oían por todos los rincones de palacio”, relata María Esteban en las primeras páginas de Las cinco fuentes del Rey. Hasta que una noche se cruzó con un ciervo que tocaba la flauta, un caballo alado, una rana con levita, una serpiente parlanchina y una mofletuda ráfaga de viento protagonistas de estos cinco cuentos fantásticos, de base legendaria, ilustrados con delicadas acuarelas de parajes de La Granja ambientados de época.